El Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM), parte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha conseguido la síntesis química de nanopartículas de metales para su uso en las nanotintas conductoras que se emplean en electrónica impresa. A través del proyecto HyPElignum, estas nanopartículas, que tienen un tamaño de una millonésima parte de un milímetro, abren la puerta a una tecnología de cero emisiones de carbono y que será biodegradable, gracias a que estos metales se descomponen en la naturaleza sin dejar residuos tóxicos.
El desarrollo de los objetos inteligentes implica actualmente y de forma inevitable la integración de componentes electrónicos muy contaminantes y que el desafío pasa por desarrollar productos con materiales y procesos que sean más eficientes y respetuosos con el medio ambiente.
Para conseguirlo, los investigadores se han basado en la llamada electrónica impresa, que usa tecnología de impresión para crear productos ultrafinos, ligeros, flexibles y de gran superficie. Estos nuevos materiales magnéticos y conductores en electrónica impresa abren un abanico de posibilidades en aplicaciones, como la carga inalámbrica de dispositivos, entre otros.
Nanopartículas conductoras
Dentro de los componentes de esta electrónica impresa se encuentran tintas que, en su interior, tienen nanopartículas conductoras. Los investigadores han utilizado hierro, níquel y sus aleaciones porque son metales biodegradables que están presentes en la naturaleza en diferentes formas, además de producirse a gran velocidad cuando se trabaja con ellos a escala nanométrica.
Su problema para la electrónica es que se oxidan, pero el ICMM ha desarrollado un tratamiento para evitarlo que es muy eficiente y respetuoso, gracias a métodos químicos en suspensión, en agua o alcohol, y el calentamiento por microondas.