Cada vez más las universidades están optando por digitalizar sus servicios, para proporcionar una mayor comodidad y seguridad a los usuarios. En este contexto, las universidades apuestan por cambiar las llaves físicas y tarjetas de acceso por el uso de llaves virtuales y cerraduras electrónicas, como las proporcionadas por iLOQ.
La digitalización de los accesos ofrece a las universidades una amplia gama de ventajas, que abarcan desde beneficios económicos hasta administrativos. Uno de estos beneficios es la posibilidad de realizar auditorías de los accesos. Gracias a la cerradura inteligente iLOQ S50 o a la llave digital programable iLOQ S5, se simplifica el registro de todas las actividades de las diferentes puertas, para que los equipos de seguridad puedan chequear las entradas a los edificios de la universidad, con el fin de aumentar la seguridad en las instalaciones.
A diferencia de las llaves físicas, las tarjetas llave y los llaveros, que se comparten fácilmente haciendo peligrar la seguridad del campus, las soluciones inteligentes de iLOQ cumplen con las diferentes normativas de seguridad de protección de datos. Muestra de ello es la comunicación dispositivo a dispositivo de la serie iLOQ S5, que permite una actualización remota de las credenciales, que será compartida entre las cerraduras electrónicas mediante la llave digital, haciendo imposible la copia de datos.
Ahorro en los costes de mantenimiento de las universidades
Asimismo, iLOQ S50, iLOQ S5 y la plataforma abierta iLOQ 5 Series reducen los gastos de mantenimiento. Por un lado, se elimina la necesidad de realizar copias de las llaves físicas perdidas, robadas o defectuosas. Con las soluciones de iLOQ solo se necesita el móvil como credencial para abrir las puertas.
Por otro lado, se reduce el gasto de mantenimiento, ya que, al poder realizar los cambios de credenciales de accesos de forma remota, no se requiere el desplazamiento de una persona para modificar los accesos.
Por último, las cerraduras y cilindros inteligentes de iLOQ funcionan sin baterías, ya que la propia llave autoalimenta el sistema. Esto evita la necesidad de disponer de un sistema cableado o baterías para proporcionar energía a las cerraduras, que requieren un mantenimiento periódico.