Un grupo de investigadores de la Universidad de Binghamton (EE.UU.) ha desarrollado una planta artificial capaz de purificar el aire interior. Esta planta artificial puede alimentarse del dióxido de carbono del ambiente, emitir oxígeno e incluso generar un poco de energía.
Para realizar la fotosíntesis, esta planta artificial utiliza la luz interior, logrando una reducción del 90% en los niveles de dióxido de carbono, superando con creces la reducción del 10% observada con las plantas naturales.
Los investigadores utilizaron cinco células solares biológicas y sus bacterias fotosintéticas para crear una hoja artificial. Sin embargo, se dieron cuenta de que el concepto tenía implicaciones más amplias, por lo que construyeron la primera planta con cinco hojas y probaron sus tasas de captura de dióxido de carbono y su capacidad de generación de oxígeno.
Generación de energía para cargar dispositivos pequeños
En cuanto a la generación de energía, esta planta artificial tiene la capacidad de producir alrededor de 140 microvatios, siendo un beneficio secundario. Sin embargo, los investigadores van a trabajar en mejorar la tecnología para lograr una salida mínima de más de 1 milivatio. Además, quieren integrar un sistema de almacenamiento de energía, como baterías de iones de litio o supercondensadores. El objetivo es utilizar la electricidad generada por la planta artificial para cargar teléfonos móviles u otros dispositivos pequeños.
Otras mejoras podrían incluir el uso de múltiples especies de bacterias para garantizar la viabilidad a largo plazo y el desarrollo de formas de minimizar el mantenimiento, como sistemas de suministro de agua y nutrientes.