La Universidad de California desarrolla un sensor RFID sin baterías y de bajo costo

Sensores RFID sin baterías.

El rápido crecimiento del IoT significa que los datos están más disponibles y son más accesibles que nunca. Los sensores, los dispositivos inteligentes y el software conectan el mundo a la nube, recopilando información y posibilitando nuevos tipos de intercambio y análisis de datos. Sin embargo, la mayoría de estas herramientas funcionan con baterías y tienen dificultades para detectar cambios en tiempo real. En este contexto, un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.) ha desarrollado sensores pasivos escalables y de bajo costo.

Los nuevos sensores RFID sin baterías obtienen la energía de las señales inalámbricas y tienen una estructura flexible. Fotos: Hana Tobias.

Actualmente, la mayoría de los enfoques para la detección pasiva se basan en convertidores analógico-digitales, que miden los estímulos, los registran en datos sin procesar y los convierten en valores digitales que pueden leer las computadoras. Sin embargo, este tipo de interfaces de sensores consumen mucha energía; sin baterías adicionales, pueden durar unas horas. Los sistemas basados ​​en baterías también son voluminosos, costosos y difíciles de escalar de manera sostenible.

La investigación se centró en la posibilidad de reutilizar las etiquetas RFID para realizar detección y seguimiento sin necesidad de baterías, y dio como resultado que no solo es posible la detección pasiva (o detección sin estar conectado a una fuente de energía), sino que se puede realizar a bajo costo y sin ningún equipo especializado, simplemente utilizando etiquetas RFID.

Básicamente, estas etiquetas pequeñas y flexibles reciben y transmiten datos desde un chip a un lector RFID, que procesa la información y la envía a un programa informático para su interpretación. Algunas de las ventajas de las etiquetas RFID son su bajo coste, su uso generalizado y su fácil acceso.

Interfaz del sensor RFID

Los investigadores desarrollaron una nueva interfaz de sensor, denominada ZenseTag, que tiene un diseño flexible, miniaturizado y totalmente pasivo, al tiempo que utiliza una electrónica mínima para leer y comunicar datos de sensores analógicos, directamente en frecuencias de radio (RF). Además, este sensor RFID sin batería se alimenta a través de la energía recolectada de las señales inalámbricas.

Este dispositivo se ha fabricado con una PCB flexible de 15×10 mm, que incluye sensores conectados a una antena impresa y circuitos integrados RFID pasivos, lo que permite una lectura casi en tiempo real a través de un software habilitado para GUI de alto rendimiento.

Los nuevos sensores RFID sin batería permiten nuevos casos de uso, como, por ejemplo, la detección de ocupación y el mapeo de dónde y cuántas plazas se están utilizando en un aparcamiento. Se podría añadir un chip al suelo de cada plaza; cuando un coche se detiene en el lugar y cubre el sensor sensible a la luz, la etiqueta reconoce que el lugar está ocupado y puede enviar esa información a una ubicación central.

 
 
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