Adaptar las viviendas a las necesidades específicas de las personas con algún tipo de discapacidad es posible gracias al uso de las nuevas tecnologías. En esta línea se ha desarrollado el trabajo del proyecto My Sweet Smart Home, con el fin de ayudar a las partes interesadas a crear entornos inteligentes en las viviendas para que las personas con discapacidad puedan vivir en sus domicilios de manera segura.
Diversas condiciones físicas o psíquicas pueden complicar las tareas cotidianas y disminuir la autonomía de las personas que las padecen. Sin embargo, con los avances en la tecnología domótica se están abriendo nuevas puertas a la independencia y la comodidad.
En base a esto, el objetivo principal del proyecto My Sweet Smart Home, liderado por la Universidad Friedrich Alexander De Erlangen-Nuremberg (Alemania) y en el que participa el Centro Tecnológico del Mueble y la Madera de la Región de Murcia (CETEM), era proporcionar nuevas oportunidades y posibilidades para que las personas con discapacidad física, mental, sensorial, neurológica u orgánica tengan la oportunidad de vivir una vida más independiente, autónoma, segura, saludable y cómoda en sus propios hogares.
En concreto, el proyecto se ha centrado en siete tipos de discapacidades: Alzheimer, fibrosis quística, síndrome de Down, discapacidad auditiva, distrofia muscular, enfermedades renales y discapacidad visual y ceguera.
Para que las personas con discapacidad puedan tener independencia en sus hogares, el proyecto ha proporcionado dos herramientas: una guía de necesidades, problemas, intereses y soluciones, y un curso de adaptación de viviendas inteligentes, para poder transformar los hogares en inteligentes, siempre adaptados a las necesidades de sus residentes.
Guía sobre necesidades, problemas, intereses y soluciones
En el caso de la guía de necesidades, problemas, intereses y soluciones, se abordan los desafíos que enfrentan las personas con diversas discapacidades en sus propios hogares. Este documento proporciona soluciones prácticas para mejorar sus condiciones de vida y promover su independencia.
La guía se compone de siete apartados, cada uno de ellos dedicados a un tipo discapacidad. En cada apartado se explican los aspectos clave de la enfermedad o discapacidad, la investigación de campo, los resultados generales de la investigación, los resultados específicos y las recomendaciones para la industria.
En los resultados específicos se hace hincapié en los problemas, soluciones y recomendaciones en diez áreas vitales: asistencia sanitaria y monitorización, cuidado personal, confort en el hogar, seguridad en el hogar, entretenimiento, limpieza y cocina, movilidad en el hogar, ahorro energético, participación social y aprendizaje virtual.
En la guía se recomiendan diferentes tecnologías para integrar en las viviendas, teniendo en cuenta el tipo de discapacidad y la edad de las personas, ya que estos aspectos influyen en la eficacia de las soluciones a la hora de gestionar los dispositivos inteligentes.
Tecnologías para mejorar el día a día de las personas
Entre las tecnologías propuestas, destacan en su mayoría sensores de movimiento para encender la iluminación o abrir las puertas de manera automática; y sensores de humedad o ambientales para gestionar la climatización, o la instalación de enchufes inteligentes que se puedan controlar mediante el smartphone.
Estos dispositivos inteligentes eliminan la necesidad a las personas con movilidad reducida, que padecen fibrosis quística, distrofia muscular o enfermedades renales, a tener que interactuar directamente con los sistemas, mientras que, a las personas con Alzheimer o síndrome de Down, no les obliga a recordar el funcionamiento de determinados dispositivos, disponiendo así de automatizaciones que garantizan el confort de la persona.
Asimismo, la programación horaria de subida y baja de persianas motorizadas, de la iluminación e incluso de la climatización facilitan a los usuarios determinadas gestiones básicas para disponer de iluminación, seguridad y calidad ambiental.
Otro de los sistemas tecnológicos que hace mención la guía es el uso de los asistentes virtuales. A través de los comandos de voz, las personas con movilidad reducida y con problemas de visión o ceguera pueden obtener una mayor independencia al no tener que interactuar físicamente con los dispositivos y permitirles automatizar las tareas domésticas. La gestión por voz ofrece la oportunidad de gestionar una amplia gama de sistemas y realizar diferentes acciones, como encender o apagar la televisión, la calefacción, la iluminación, e incluso, realizar llamadas de teléfono, entre otras.
En el caso de las personas con pérdida auditiva, la guía propone activar la luz y la vibración en la alarma del teléfono o del reloj inteligente para avisar al usuario, por ejemplo, de que está sonando una alarma o el timbre. Mientras, en la puerta, se propone la instalación de un indicador, regulador de luz o un flash para saber cuándo llaman a la puerta.
Las aplicaciones móviles también son elementos relevantes en la integración de la automatización de las viviendas inteligentes, ya que ayudan a las personas con discapacidad visual a conocer, por ejemplo, la fecha de caducidad de los alimentos. La guía también menciona el uso de diferentes tecnologías de comunicación como wifi, inteligencia artificial o infrarrojos (IR) para establecer la comunicación inalámbrica entre los diferentes dispositivos y una aplicación móvil o asistente virtual. Por último, destaca la funcionalidad ChatGPT como una herramienta que proporciona compañía al usuario.
Curso de adaptación de viviendas inteligentes
El proyecto My Sweet Smart Home también ha creado una plataforma de aprendizaje interactivo, en la que se ha desarrollado un curso especializado para formar a personas sobre cómo adaptar las tecnologías de viviendas inteligentes para mejorar la independencia y autonomía de las personas con discapacidad. Este curso abarca desde instalaciones básicas hasta configuraciones avanzadas, garantizando que los participantes puedan utilizar de forma eficaz las tecnologías inteligentes en su vida diaria.
De esta forma, el proyecto My Sweet Smart Home ha abierto un nuevo mundo de oportunidades para las personas con discapacidad. Al promover el uso de tecnologías inteligentes, el proyecto ha permitido a las personas llevar una vida más independiente, autónoma y cómoda dentro de sus propios hogares.
Las soluciones innovadoras y los recursos educativos desarrollados a través de esta iniciativa seguirán beneficiando a los usuarios mucho después de la finalización del proyecto. Además, su legado inspirará iniciativas futuras destinadas a utilizar la tecnología para crear espacios de vida más inclusivos y solidarios.