El proyecto MultiX, coordinado por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), pretende evolucionar las futuras redes de comunicación 6G, transformando su diseño y funcionamiento. Mediante un sistema innovador que integra percepción multisensorial, MultiX persigue que las redes sean capaces de observar el entorno e interactuar con él en tiempo real de forma inteligente.
Los investigadores de la UC3M están trabajando para que, a través del desarrollo de esta tecnología, las redes dejen de ser simples proveedores de comunicación y pasen a ser observadores activos de la realidad, capaces de interactuar con ella. Para ello, quieren utilizar múltiples herramientas, como cámaras y redes de comunicaciones, que actuarán como sensores de forma simultánea.
Una de las muchas aplicaciones de esta nueva tecnología es lograr que las redes sean capaces de reconocer si hay una mayor concentración de personas en un área determinada, si una persona mayor ha sufrido una caída dentro de su hogar u optimizar la distribución de la cobertura adaptándose de forma dinámica a las necesidades de los usuarios.
Salud conectada al hogar y procesos de automatización industrial
Otro de los posibles usos en los que MultiX está trabajando ahora mismo son los procesos de automatización industrial y la salud conectada al hogar. Por un lado, se pretende que las redes puedan coordinar el movimiento de robots en tiempo real, detectando obstáculos y permitiendo una gestión más eficiente de las tareas.
Por otro lado, el proyecto trabaja en la monitorización sanitaria sin contacto en el entorno doméstico. Es decir, a través de dispositivos domésticos conectados, será posible monitorizar constantes vitales, como el ritmo cardíaco o la respiración. De hecho, la red incluso podría detectar situaciones de emergencia, como un ataque al corazón, y alertar a los servicios de salud.
Uso de la IA para mejorar la eficiencia energética de las redes 6G
A su vez, MultiX también destaca por su compromiso con la sostenibilidad, un desafío clave para la tecnología 6G. De esta forma, con el fin de maximizar la eficiencia energética y reducir el consumo de recursos, el proyecto aprovecha la inteligencia artificial (IA) para implementar soluciones de bajo consumo y adaptarse así a las exigencias de las futuras redes.
El proyecto, que comenzó en enero de 2025 y se prevé que finalice en junio de 2027, validará sus avances mediante dos pruebas de concepto diseñadas para demostrar aplicaciones prácticas de las tecnologías desarrolladas. La primera consta de un gemelo digital de red multicapa, orientado a optimizar procesos en el ámbito de la fabricación industrial.
La segunda prueba se centrará en la monitorización sanitaria sin contacto en el entorno doméstico, con el objetivo de transformar la atención médica en el hogar. Estas tecnologías combinadas con la IA podrían optimizar el diagnóstico y tratamiento en asuntos vinculados a la salud incluso desde casa, según los investigadores.