Comunicación presentada al IV Congreso de Edificios Inteligentes
Autores
Alfred Batet, Corporate Digital Strategic Business Manager, Grupo Simon
Resumen
La aparición de nuevas propuestas digitales, la introducción de nuevos códigos de interacción, su rápida normalización. Nos sitúa ante un gran reto: La evolución hacia un escenario futuro de hiperconexión. Hablaremos de tendencias sociales, tecnológicas, etc. Y como estas crean nuevas conductas y de relación, tanto en entorno más personal como en el profesional generando y apareciendo nuevas experiencias digitales. Los espacios más que nunca, se vuelven líquidos ofreciéndonos un sinfín de nuevas posibilidades. La digitalización propone dotar a los espacios de una nueva dimensión y una gran oportunidad para la gestión y mantenimiento de edificios que, sin duda, transformará su papel como nunca lo habíamos imaginado.
Palabras clave
Digitalizacion, Espacios Líquidos, Economía Ccolaborativa, Gigonomics, Edificios Inteligentes, Responsive Environments, Coworking, IOT, AI, Cloud Computing.
Introducción
Hasta ahora los espacios son perfectos como agentes pasivos de nuestro confort. Están ahí para darnos cobijo, para ofrecernos un lugar de descanso, un sitio donde disfrutar de nuestra intimidad, donde relacionarnos, trabajar, etc.
La necesidad de entornos que se adapten a nuestro estilo de vida. Negocios, independientemente de su sector impactados por esta espiral de dinamismo tecnológico imparable, en la búsqueda de creación de nuevas propuestas de valor, hacen que los individuos demanden productos tecnológicos para relacionarse mejor con su hábitat y/o negocio.
Fruto de esta evolución tecnológica, surgen nuevas conductas y de relación, tanto en entorno más personal como en el profesional generando y apareciendo nuevos escenarios que diluyen las tradicionales fronteras entre lo privado y lo público: El “techno nomadismo”, el impulso de nuevos modelos de consumo alternativo, la “gig economy” o los espacios de coworking. En definitiva, el contexto ocio, relax, etc., y trabajo se diluye.
Con todo esto, queremos provocar una reflexión. La digitalización propone dotar a los espacios de una nueva dimensión y representa una gran oportunidad para la gestión y mantenimiento de los edificios y hogares.
Un momento único
La cuarta revolución industrial
Vivimos un momento apasionante, único. En términos industriales, es la llamada cuarta revolución.
La revolución sigue a los otros tres procesos históricos transformacionales:
El primero marcó la transición de la producción manual a la mecanización, con la introducción de la máquina de vapor.
El segundo proceso transformacional, se produjo con la llegada de la electricidad, permitiendo pasar a realizar una fabricación en masa.
Para el tercero gran impacto, tuvimos que esperar a mediados del siglo XX, con el crecimiento de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones así como de la electrónica, automatizando los procesos productivos.
Ahora, el cuarto giro constituye mucho más que la mera automatización como la entendemos hoy. Representa la evolución de sistemas interconnectados con otros sistemas y éstos a su vez, con otros sistemas. La automatización se ejecuta a través de sistemas ciberfísicos.
Los sistemas ciberfísicos, que combinan la maquinaria física y tangible con los procesos digitales, son capaces de tomar decisiones descentralizadas y de cooperar entre sí y, con los seres humanos, posibilitados por el Internet de las cosas, el big data y la computación en la nube.
Impacto en producto y servicio
Pero debemos notar un punto más ante esta nueva realidad. Quizás la más significativa: En las tres primeras “revoluciones” el producto ha sido, salvando las mejoras introducidas, el mismo. Podríamos decir que se ha conservado sus finalidades, modificándose únicamente el proceso productivo, de “manual” a “automatizado”.
En esta nueva etapa, ya no únicamente impacta en el proceso productivo, sinó que a demás, modifica el propio producto o servicio final. Es por ello que es difícil cuantificar el impacto real en términos económicos, de esta nueva oleada digital.
Los productos y servicios físicos, ahora se pueden mejorar con capacidades digitales que aumentan su valor. Las nuevas tecnologías hacen que los activos sean más duraderos y resistentes, mientras que los datos y análisis están transformando la forma en que se explotan. Un mundo de experiencias de los clientes, servicios basados en datos y rendimiento de los activos a través de análisis.
Objetos invisibles, objetos que aprenden y evolucionan. En definitiva, el producto, más que nunca, se convierte en un servicio, en un enlace con los espacios que nos rodean y por tanto, debemos tener muy en cuenta como afectará a los modelos actuales de gestión de las infraestructuras.
Cómo evolucionamos
La tecnología, Internet en particular, han revolucionado la forma en que nos relacionamos, vivimos y trabajamos.
Espacios interactivos
Como podemos intuir, esto tiene un impacto claro en las instalaciones de un edificio con la masiva incorporación de nuevos elementos a gestionar. Los espacios se vuelven interactivos, mediante la incorporación de elementos sensoriales como la música, proyecciones, etc. Se inunda de algún modo el espacio con una diversidad de sensores conectivos. Intensifican la experiencia del usuario y a su vez, incrementa la complejidad en la gestión y explotación de los edificios. Y esto ya está sucediendo.
Con una penetración incipiente en los diferentes segmentos de mercado como el retail, restauración, hospitalario, hotelero etc. Se trata de ofrecer mucho más que un producto, producto que tiende a la comoditización y por tanto se buscan vías de innovación para potenciar el valor diferencial. Bien sea por ejemplo, para mejorar la experiencia del cliente en una cena, reducir los niveles de estrés en una hospitalización u ofrecer nuevos servicios relacionados con la ciudad por parte del hotelero.
Nueva realidad, nuevo contexto
Creamos y participamos en comunidades, foros, compartimos, accedemos a la información en tiempo real, etc. No podríamos vivir sin esa información. La necesitamas. Aquí y ahora.
Esto tiene un impacto en nuestras relaciones, modelando nuestras actitudes y comportamientos de todos nosotros a pasos vertiginosos. Ya no entendemos otra forma de hacerlo.
Nótese a modo de ejemplo, las diferencias de tiempo entre tecnologías que cada “revolución” introduce, suceden cada vez más, de una forma mucho más rápida y agresiva en nuestra sociedad.
Nuevos códigos
La digitalización, nos está ayudando a alcanzar nuestros objetivos aportando conveniencia en nuestro día a día. Aquí es importante notar, en términos de interacción con los espacios, como a medida que avanza la tecnología, aparecen nuevos códigos de interacción. Nuevos lenguajes. Y sin darnos apenas cuenta, los vamos normalizando.
La facilidad y la rapidez de normalización de estos nuevos códigos son y serán cada vez de mayor importancia. Y es importante dado que, si la tecnología implementada no es realmente usable, sencilla de entender y que el usuario perciba el valor real que le está aportando, puede provocar un efecto inverso.
No se trata de implementar la última tecnología por tecnología, sino de simplificar y mejorar la vida a las personas. Por ello ante un escenario de hiperconexión, será vital entender como evoluciona esa interacción con las instalaciones, y cómo de rápido las normalizamos para que sea realmente un éxito.
Techno nomadismo y los espacios líquidos
Normalizamos nuevos códigos. Rompemos las “barreras” entre casa, trabajo y ciudad.
La evolución tecnológica nos ha trasladado de, “estar dentro del ordenador”, a estar sentado en frente de él, hasta llevarlo a cuestas… Y esto gracias a la miniaturización de los componentes, su exponencial crecimiento de computación y a la conectividad ubicua. ¿Cuál será el siguiente paso?
Compartimos fotos personales de nuestro hogar, desde la playa. Ya no necesitamos presentarnos al banco para realizar gestiones, podemos seguir trabajando en el bar de la esquina mientras tomamos un café o, realizamos una fiesta en el parque del barrio. La realidad es que las fronteras entre espacios, así como los conceptos de intimidad y trabajo, se diluyen. ¿Cómo nos afecta a nivel de gestión?
Nuevas formas de trabajo
Economía colaborativa: Gigonomics y espacios de cotrabajo (Coworking)
Quizás el principal impacto de la digitalización en las últimas décadas, es que ha creado una fuerza de trabajo cada vez más móvil en todo el mundo. Junto un cambio correspondiente en la cultura del trabajo, han causado que las estructuras organizativas y por consiguiente el concepto trabajo, también esté evolucionando.
A la mayor tendencia de las empresas a contratar trabajadores independientes, para una tarea o proyecto concreto y a corto plazo sumado, a la irrupción de las nuevas generaciones (Generación Milenio) caracterizada por la búsqueda de modelos de trabajo mucho más flexibles, más acorde a sus valores, estilo de vida y, que apenas están empezando sus carreras profesionales están provocando nuevas formas de relación laborales. A este movimiento, se les conoce entre otros, como los “gigonomics”. Se estima, según Intuit, que los trabajadores “Gig” representan el 34 por ciento de la fuerza de trabajo, y crecerá al 43 por ciento para 2020.
Esto además, está ocasionando la eclosión de nuevos espacios de trabajo. Espacios de trabajo ccolaborativos donde principalmente se busca potenciar el networking entre profesionales, generar nuevos proyectos, así como establecer un punto de contacto para con las empresas.
Un análisis independiente ha encontrado que los espacios de trabajo conjunto se han expandido de solo 1.130 espacios en 2011 a, 13.800 en todo el mundo en 2017.
Por tanto, una vez más esto nos plantea, como las estructuras organizativas van a evolucionar, y en consecuencia, como podrá ser una gestión más eficiente acorde a esta nueva realidad.
Conclusiones
La digitalización está cambiando el mundo tal y como hasta ahora lo habíamos concebido.
La evolución tecnológica, nos lleva a un espacio hiperconexión, espacios interactivos, etc. Con un impacto social: generando nuevos hábitos de conducta y de relación, modelos de trabajo colaborativos, nuevos entornos sin limites espaciales.
Y esto, es una gran oportunidad. Una gran oportunidad para tomar un papel más activo si cabe, dentro de las decisiones de la organización. Podemos generar nuevas experiencias y/o servicios que incrementen el valor diferencial de nuestra propuesta. Añade complejidad, dado que los activos se incrementan, la complejidad de uso y su explotación. Un reto.
Según un indicador de BSRIA, el 85% del parque actual de edificios en Europa fue construido con anterioridad del 1.990. Una oportunidad para transformar.
Por tanto, estamos ante un momento mágico. Lleno de oportunidades para poder aprovechar estos cambios y replantear nuestros negocios para ser mucho más competitivos.
Ante estos conceptos aquí presentados debemos pensar ¿Cómo nos afecta?
O mucho mejor: ¿Qué oportunidades se nos presentan?
Adelante.