Comunicación presentada al III Congreso Edificios Inteligentes:
Autor
- Enrique López Ruiz, Ingeniero de Telecomunicación, Miembro de Grupo de Trabajo de Ejercicio Profesional, Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación.
- Emilio Medina, Ingeniero de Telecomunicación, Miembro de Grupo de Trabajo de Ejercicio Profesional, Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación.
- Juan Antonio Santiago, Ingeniero de Telecomunicación, Miembro de Grupo de Trabajo de Ejercicio Profesional, Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación.
Resumen
Cobra cada vez más importancia el concepto de preinstalación de las infraestructuras y redes de telecomunicación como la posibilidad de dejar preparado un edificio inteligente para que, con el menor número de actuaciones posteriores, se le pueda incorporar no solo los sistemas de telecomunicaciones que la tecnología del futuro exigirá, sino otros relativos a su seguridad, sostenibilidad y gestión para no perder el grado de inteligencia del edificio. Se puede llegar a la situación en la que al no haber previsto en el momento del diseño del inmueble estos elementos constructivos, haya que renunciar a un sistema que técnicamente puede ser imprescindible para mantener o incrementar su grado de inteligencia, por no haber considerado las infraestructuras y las redes de telecomunicación que lo soporten. Se plantea, pues, la necesidad de regular que el edificio inteligente de hoy se diseña con la garantía de que lo seguirá siendo en el futuro.
Introducción
El siglo XXI plantea una forma distinta de edificar inmuebles, añadiendo ahora el control automatizado de sus sistemas para optimizar la funcionalidad de los servicios que incorporan. Lo que en principio fueron unas tecnologías aplicadas al control energético se ha adaptado a los avances tecnológicos que sucesivamente se han ido produciendo, de manera que este concepto se aplica tanto para construcciones de viviendas, oficinas y locales comerciales, hostelería, hospitales y edificios sociosanitarios, centros culturales, etc. Pero sin duda estas tecnologías avanzarán de una manera exponencial en el futuro inmediato
Los cada vez más complejos sistemas que integra un edificio inteligente, tanto los propios servicios o facilidades que ofrece el inmueble, como la correcta administración del mismo exigen su operación de la manera más eficaz y eficiente. La interrelación de estos elementos, su coordinación y, como fin último, su optimización es lo que determinará el grado de inteligencia del edificio. Pero la base de esta interrelación y coordinación automatizada de todos los sistemas de un edificio inteligente son las distintas redes de telecomunicaciones que los interconectan.
Estas redes de telecomunicación están basadas en medios de transmisión y sistemas de comunicación y necesitan soportes físicos de transmisión de las señales eléctricas que procesan, para ahora y para el futuro. De aquí la importancia que tiene el dejar preparado un edificio para que, con el menor número de actuaciones necesarias, se le pueda incorporar el sistema de telecomunicaciones que la tecnología del futuro nos exigirá para no perder el grado de inteligencia del edificio e incluso incrementarlo.
Se puede llegar a plantear la situación de que la no previsión en el diseño del inmueble de los citados elementos constructivos, lleguen a impedir en un futuro la implantación de un sistema o de cualquier nueva tecnología, cuya implementación requiera de otras infraestructuras necesarias, llegando a ser su coste o construcción un impedimento insalvable en aquellos momentos. Que se produzca en la realidad la situación de que, ante un sistema que técnicamente puede ser imprescindible para mantener o incrementar el grado de inteligencia del edificio, en la práctica haya que renunciar al mismo por no haber previsto las infraestructuras que lo soporten en el momento del diseño del edificio. Bien porque se necesita para ello un espacio físico del que ahora se adolece, bien porque se necesitarían unas obras de remodelación de tal envergadura que obligan a descartarlas o bien por que los costes de estas obras las impiden.
Al igual que ha ocurrido en otros sectores del ámbito de la construcción y de las telecomunicaciones, es necesario definir estándares que garanticen que la evolución tecnológica, tanto de las tecnologías de la información y de la comunicación como de los sistemas de telecomunicaciones, permita que las infraestructuras de telecomunicaciones que se instalan en un edificio inteligente puedan soportar estos necesarios cambios tecnológicos.
Se plantea la necesidad de regular que el edificio inteligente de hoy se diseñe con la garantía de que lo seguirá siendo en el futuro.
Antecedentes
Las tecnologías disponibles en la actualidad pueden garantizar elevados grados de inteligencia en los edificios. Estos grados de inteligencia, entre otras funciones, permiten adaptar los edificios para optimizarlos en relación al uso para el que han sido diseñados.
Las condiciones de bienestar y seguridad de estos edificios permiten proveer de más y mejores servicios a las personas que hacen uso de ellos. Cada vez en mayor medida, la idea del edificio amigable con sus usuarios cobra mayor importancia frente a la idea de edificio complejo e ininteligible para los mismos.
Las infraestructuras y redes de telecomunicación proporcionan a los usuarios de los edificios la posibilidad del acceso a los servicios de telecomunicación y a todos los restantes servicios, apoyándose en ellas. Todos los servicios avanzados que se canalizan a través de estas redes, contribuyen a garantizar la seguridad de los residentes y mejoran su calidad de vida.
Se está ante la idea de que unas buenas instalaciones de redes, infraestructuras y servicios de telecomunicación pueden posibilitar, tanto ahora como en el futuro, que cada vez un edificio sea más amigable a sus usuarios y que las tecnologías que posibilitan esos grados de inteligencia en la edificación, sean cada vez más transparentes para los que allí viven o trabajan.
Actualmente, la legislación sobre telecomunicaciones en los edificios se aplica a los acogidos a régimen de propiedad horizontal o al arrendamiento por plazo superior a un año, salvo los que alberguen una sola vivienda. Para el resto de edificios (uso industrial, terciario o dotacional) no existe una regulación que establezca los requisitos mínimos que deben cumplir en materia de telecomunicaciones.
Un claro ejemplo de esa necesidad de elevado grado inteligencia de ser, a la vez, lo suficientemente amigable son los edificios de uso sociosanitario. Son un claro exponente de la necesidad de diseñarlos para mejorar su eficiencia energética, su accesibilidad y su seguridad, así como ofrecer a sus residentes un mayor grado de confort y calidad en sus servicios. Por ello, el Grupo de Trabajo de Ejercicio Profesional del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación, basándose en la experiencia que le ha proporcionado desde el año 1998 el desarrollo de las Infraestructuras Comunes de Telecomunicaciones, ha trabajado en modelos para el diseño de estos edificios, a través de la redacción de proyectos de telecomunicación a implementar en estos edificios de uso sociosanitario.
Con independencia de su carácter técnico para arquitectos, ingenieros o constructores, resultará también de utilidad a los empresarios del sector a la hora de proyectar sus establecimientos, para definir los servicios e instalaciones a incorporar en los mismos. Es necesario establecer modelos que faciliten el diseño de este tipo de edificios, en tanto y cuanto no exista una reglamentación legal que establezca los requisitos mínimos a cumplir para garantizar la seguridad de los pacientes/residentes y su calidad de vida. También para optimizar la gestión de la explotación y el mantenimiento del edificio, simplificándola y reduciendo su coste. Al propio tiempo, debe permitir realizar instalaciones con visión de futuro, facilitando la implementación de nuevas tecnologías de telecomunicación, conforme vayan desarrollándose, al igual que ha ocurrido con la ICT, que ha eliminado barreras para el actual despliegue de redes de banda ancha ultrarrápida.
La elección de este ejemplo de un edificio inteligente de uso sociosanitario se debe a la importancia en la economía española, con un cada vez mayor volumen de negocio, que plantea este sector de establecimientos. Para entenderlo mejor, la demografía de la población y su posible evolución a medio y largo con datos del INE sobre las “Proyecciones de población a largo plazo. 2009-2052”, según se recoge en la figura 1:
Esto requiere de una profunda transformación arquitectónica y de cambios sustanciales en el concepto de nuevos equipamientos técnicos, con el consiguiente aumento e incremento cualitativo de los técnicos. Estas necesidades instrumentales deben ir acompañadas de una nueva forma de diseñar estos centros y de planificarlos para permitir organizar los recursos con arreglo a las nuevas necesidades planteadas. Exige pensar y accionar profesionalmente la filosofía, los objetivos y la metodología que debe seguir este proceso de cambio.
Metodología
Los edificios inteligentes de uso sociosanitarios se deben proyectar garantizando una adecuación ambiental y desarrollar medidas para procurar un ambiente físico que cumpla, entre otras, con las características de ser seguro, proporcionando medidas individualizadas y ajustadas a las peculiaridades de cada tipo de centro, en un ambiente seguro para la persona en situación de dependencia del personal que allí los atiende. La seguridad y la calidad de vida de esas personas debe ser un criterio fundamental a la hora de diseñar un edificio inteligente, una exigencia básica y primordial y a la que debe supeditarse cualquier otro criterio de diseño. En palabras de un promotor de este tipo de edificios, referida a los sistemas inteligentes a instalar en los mismos, “cualquier inversión que salve una vida está de sobra justificada”.
Entre los objetivos que se suelen marcar para el funcionamiento de este tipo de edificios, que tengan influencia a la hora del diseño de sus instalaciones y equipamientos se encuentran:
- Ofrecer a sus usuarios un ambiente seguro y de apoyo en función de su grado de dependencia, proporcionándoles la mayor dignidad, privacidad y comodidad posibles.
- Recuperar y mantener el mayor nivel de independencia funcional a los residentes.
- Respetar la autonomía personal de los usuarios en la toma de decisiones.
- Mejorar lo más posible la calidad de vida, el bienestar y el confort.
- Eliminar la sensación de aislamiento de los residentes facilitando su comunicación con el exterior.
Una posible clasificación de los servicios vinculados con la Sociedad de la Información y las Telecomunicaciones que se requieren en los edificios inteligentes de tipo sociosanitario son:
- Servicios que proporcionan seguridad física al edificio y a las personas que los usan.
- Servicios básicos que proveen de telecomunicaciones del edificio
- Servicios técnicos de apoyo a la asistencia sociosanitaria.
- Servicios de valor añadido, no imprescindibles para la prestación sociosanitaria pero que facilitan la gestión.
Para implementar estos servicios en estos edificios son necesarias distintas redes cableadas, entre las que cabe destacar la red multiservicio que posibilita la interoperatividad de los distintos sistemas y entre éstos y el centro de control, y las redes inalámbricas, así como aplicar los criterios adecuados para su dimensionamiento. Además, para soportar esas redes se necesitan unas infraestructuras de obra civil, con especial atención a las salas técnicas donde se instale el centro de control de las instalaciones y servicios y los equipos electrónicos que soportan el conjunto de los sistemas del edificio inteligente.
La realización de un proyecto de telecomunicaciones en un entorno sociosanatario requiere de un ejercicio de contingencia. Por eso, la primera actividad del proyectista consiste en realizar un estudio previo para definir, junto a la entidad que va a prestar los servicios sociosanitarios, las necesidades concretas para acometer el proyecto. Se analizarán las necesidades de servicios en cuanto a las redes e infraestructuras de telecomunicaciones y aquellos otros servicios que se apoyan en éstas.
El sistema de redes de telecomunicaciones del edificio sirve de apoyo para la gestión y control de otros servicios técnicos del edificio. Este sistema está formado por distintos subsistemas que permiten controlar en tiempo real lo que ocurre en el edificio y corregir sus posibles averías, con las consiguientes acciones preventivas o paliativas. Estas actuaciones tienen gran importancia tanto para el confort de los residentes, como para los ahorros en el mantenimiento de las distintas instalaciones, como en las facturas de los diversos suministros.
Recientemente se ha procedido a diseñar un edificio inteligente de este uso sociosanitario, que a continuación se pasa a detallar. Una habitación inteligente tipo cuenta con elementos de seguridad, comunicación de voz, imagen y datos y un módulo de integración de todas las funciones.
Un ejemplo de sistemas a instalar en un edificio inteligente de este tipo es la Comunicación Asistencial que permite la comunicación entre el residente y el personal de asistencia permanente. Este sistema debe satisfacer las necesidades de sus usuarios independientemente de su estado físico o mental, manejando alternativas adaptadas a estos condicionantes, que pueden ser manuales o automáticas en función del estado del usuario objeto de asistencia. El esquemático de este sistema inteligente se recoge en la Figura 3:
Todas estas soluciones complementarias forman parte del sistema global de gestión inteligente, consiguiendo disponer de un interfaz único y amigable. Facilita la gestión del personal del centro, proporcionando de forma fácil e intuitiva todas las operaciones integradas que cubren todas las áreas:
- Minimizando el tiempo dedicado a dichas operaciones.
- Ahorrando costes de operatividad.
- Asegurando el preciso control sobre cada actividad.
- Ofreciendo calidad y seguridad asistencial.
En cuanto a su instalación, existen soluciones cableadas, inalámbricas y mixtas. La elección de las mismas dependerá de las infraestructuras existentes y de la complejidad del edificio. El sistema se compone básicamente de los siguientes elementos:
- Servidor Principal del sistema.
- Puestos de control de zona.
- Bus de zona.
- Displays informativos / luminosos.
- Equipos de habitación.
Un edificio inteligente dedicado a la actividad sociosanitaria debe prever las siguientes necesidades de espacios y otros elementos de infraestructura de obra civil para alojar las redes de telecomunicación y los servicios asociados:
- al menos una sala técnica de telecomunicaciones.
- patinillos de comunicación y repartidores de distribución en las distintas plantas.
- canalizaciones y registros que soportan el paso holgado de los cableados.
- cajas de registro que alberguen las conexiones y empalmes de los cables de las redes.
- cajas para tomas de telecomunicación.
Cuando en el diseño del edificio inteligente se plantea el dimensionamiento de estas infraestructuras hay que hacerlo a futuro. De no hacerlo así se puede llegar a plantear la situación de que la no previsión en el diseño de los citados elementos constructivos lleguen a impedir una ulterior implantación de un sistema o de cualquier nueva tecnología que requiera de otras infraestructuras adicionales, bien porque se necesita para ello un espacio físico del que ahora se adolece, bien porque se necesitarían unas obras de remodelación de tal envergadura que obligan a descartarlas o bien por que los costes de estas obras las impiden. La situación será que ante un sistema que técnicamente puede ser imprescindible para mantener o incrementar el grado de inteligencia del edificio, en la práctica haya que renunciar al mismo por no haber previsto las infraestructuras que lo soporten en el momento del diseño del edificio. Por tanto, se plantea la necesidad de regular que el edificio inteligente de hoy se diseñe con la garantía de que lo seguirá siendo en el futuro.
Conclusiones
El desarrollo de estos elementos necesarios para dotar de inteligencia a los edificios se contempla en la legislación española a través de la Ley General de Telecomunicaciones. En su artículo 45 establece que “la normativa reguladora de las infraestructuras comunes de comunicaciones electrónicas (ICT) promoverá la sostenibilidad de las edificaciones y conjuntos inmobiliarios, de uso residencial, industrial, terciario y dotacional, facilitando la introducción de aquellas tecnologías de la información y las comunicaciones que favorezcan su eficiencia energética, accesibilidad y seguridad, tendiendo hacia la implantación progresiva en España del concepto de hogar digital”.
Para ello afirma que “se desarrollará la normativa legal en materia de infraestructuras comunes de comunicaciones electrónicas en el interior de edificios y conjuntos inmobiliarios”. Del mismo modo, afirma que “la normativa técnica básica de edificación que regule la infraestructura de obra civil en el interior de los edificios y conjuntos inmobiliarios deberá tomar en consideración las necesidades de soporte de los sistemas y redes de comunicaciones electrónicas … previendo que la infraestructura de obra civil disponga de capacidad suficiente para permitir el paso de las redes”.
Hasta ahora, tanto el Real Decreto-ley para el acceso a los servicios de telecomunicación en los edificios, como el Real Decreto que desarrolla su Reglamento, se ciñen a edificios “que estén acogidos o deban acogerse por ley al régimen de propiedad horizontal” o al de “arrendamiento por plazo superior a un año”. El resto de edificios y conjuntos inmobiliarios, dedicados a uso industrial, terciario y dotacional, quedan fuera de este ámbito de aplicación y no disponen de una regulación sobre sus redes e infraestructuras de telecomunicación, ni de las instalaciones que favorecen su eficiencia energética, accesibilidad y seguridad, según lo establecido en el mencionado artículo 45 de la Ley General de Telecomunicaciones.
Ante el desarrollo imparable de edificios inteligentes, es hora de que la legislación española encare la reglamentación que regule unas redes e infraestructuras de telecomunicación, que permitan el acceso a los servicios, simplifiquen las instalaciones, faciliten su mantenimiento y permitan la gestión de los mismos de una forma más eficiente y más simple.