Comunicación presentada al II Congreso Edificios Inteligentes:
Autor
- Luis María Sánchez García, Gerente y Responsable de Desarrollo, Gruposimec Energía
Resumen
Los edificios de uso residencial y más concretamente los que disponen de sistemas comunitarios requieren de la prestación de servicios de gestión energética y económica para su correcto funcionamiento. Disponer de soluciones técnicas que permitan controlar el funcionamiento integral de estos sistemas y ofrecer soluciones tangibles para sus usuarios, abre las puertas a desarrollar negocios recurrentes ligados a la energía, la comunicación. Un grupo de usuarios dentro de un grupo de edificios y dentro de una ciudad, ofrece posibilidades ilimitadas para desarrollar y gestionar servicios exclusivos ligados al desarrollo “smart” de nuestra sociedad.
Ámbito
Habitualmente estamos acostumbrados a hablar de viviendas, de diferentes tipos de viviendas, de soluciones para viviendas, etc., pero pocas veces hablamos de dónde se sitúan la mayoría del conjunto de viviendas del país. Nuestra tipología de construcción vertical, poco o nada tiene que ver con otros modelos europeos y mucho menos la utilización de los mismos. En el estado existen millones de viviendas agrupadas en edificios. Edificios de diferentes tipologías y usos residenciales, como los destinados a vivienda social, al alquiler, a la ocupación de jóvenes o mayores, al apartamento vacacional o los más habituales construidos como productos de venta libre para el uso habitual de miles de familias españolas. Modelos de construcción diseñados muchas veces sin pensar en el desarrollo o utilización del mismo, edificios que no se adaptan a las necesidades de sus usuarios, edificios que agrupan personas y mentalidades diferentes, edificios vivos y edificios que generan continuamente conflictos internos ya sean derivados de confrontaciones personales, económicas o sociales.
Punto de partida, hoy
Unos de los aspectos más importantes de los edificios residenciales y que generalmente no se tiene en cuenta son los elementos comunes de los mismos; aquellas instalaciones o servicios que son utilizados por todos los habitantes de un mismo conjunto de viviendas. Dentro de estos servicios los hay que pasan desapercibidos y que todos asumimos como “habituales” o “normales” y que no son generadores de conflictos como el ascensor o la iluminación de la escalera o portal, pero hay otros que han pasado a ser el aspecto más complejo de la vida o rutina de un edificio destinado al uso residencial, hablamos de todos aquellos servicios o suministros relacionados con la calefacción, la climatización o el agua caliente sanitaria. Son varias las derivadas que han colocado un servicio básico y necesario en el foco de todos los conflictos, la situación económica y social, las normativas y la “indefinida” gestión administrativa interna.
Situación económica
Desde hace ya varios años estamos padeciendo una grave crisis económica que lógicamente ha afectado por un lado a toda la sociedad y con ello a la rutina del funcionamiento en un edificio residencial. Los índices de morosidad se han disparado. Lo que hasta entonces nadie miraba, el precio del Kwh ha pasado a ser primera página de todas las portadas. Las familias han pasado a ser menos “solidarias” dentro del conjunto de su edificio residencial y todo el mundo quiere pagar lo justo, exclusivamente lo que consume. Hay que tener en cuenta que una familia media, puede gastar aproximadamente entre 800 € y 1200 € en calefacción, climatización y agua caliente sanitaria a lo largo de año. Un control eficiente del consumo puede ser fundamental para poder disfrutar de un confort aceptable a un precio “justo”. Sumado a esta grave crisis económica hay que sumar el estado de nuestro parque de edificios, ya sean de reciente construcción o los construidos antes de la entrada en vigor del CTE del 2006, que podríamos definir como “deplorable”. Edificios con elevadas demandas energéticas, con sistemas hidráulicos y térmicos obsoletos, incluso existen todavía edificios que utilizan carbón, edificios donde las normativas energéticas de obligado cumplimiento solo están en el papel y así un largo etcétera de anomalías, desajustes, incumplimientos y deficiencias, que han llevado a interiorizar a los usuarios de sistemas energéticos comunitarios que calentar sus hogares es caro, que todos sus vecinos consumen más y pagan menos, que las supuestas energías renovables no se notan en su factura, y que todos los agentes que desarrollamos soluciones o servicios somos sus enemigos.
Situación concepto Smart
De manera paralela otros aspectos importantes afectan directamente al desarrollo diario del funcionamiento de un edificio residencial que comparte o no sistemas o servicios comunes. Por un lado la entrada en vigor de diferentes normativas de carácter energético como el CTE, o la futura trasposición de la directiva 2012/27/UE que habla de la gestión energética individualizada y por el otro el empuje de la tecnología y el afán por incorporar equipamientos tecnológicos al hilo de intereses meramente comerciales.
La fusión de obligaciones e intereses no está resultando atractiva para el usuario final ya que apenas obtienen beneficios reales que eliminen los problemas que perciben y que van ligados exclusivamente al coste, a la relación entre vecinos y su convivencia. Es más, se ha generado un clima de desconfianza generalizado derivado de la negligencia de agentes del sector, marcas y lobbys que hacen que buenas soluciones sean interpretadas como elementos de presión o control en lugar de beneficiosas para el rendimiento y confort de los usuarios de edificios residenciales.
Situación de modelos de gestión
Respecto a la gestión de los elementos comunes y especialmente de los derivados de los consumos energéticos existe otro gran conflicto. Todos los usuarios o gran parte de los mismos piensan que sus equipos de medida están defectuosos, que cuentan más de lo que consumen, que su vecino al ser más de familia consume más y paga menos, que las empresas dedicadas a la gestión energética tienen precios abusivos, que los administradores de fincas no reparten adecuadamente y un largo sinfín de motivos ligados a un solo término: el económico.
La energía es dinero y el dinero foco de conflictos. Para evitar estos conflictos es fundamental la transparencia por un lado y la transmisión de mensajes claros, concretos y reales. Hablar hoy en día de energía “útil” y ser entendido es una utopía. Los usuarios solo entienden, porque así lo escuchan que el kwh de su vecino o de su familiar es más barato.
Transmitir con claridad conceptos ligados a sistema centralizados, actuar de manera diligente en la gestión económica de la energía de calefacción, climatización o agua sanitaria y divulgar y concienciar sobre un uso eficiente de la energía hablando de dinero, es fundamental para que los usuarios, propietarios y habitantes cambien de manera radical su visión respecto a compartir suministros, a compartir recursos y disfrutar de un confort a un precio razonable, teniendo claro qué confort queremos y qué engloba, un precio razonable.
Stechome
Stechome, es una solución integral basada en la prestación de servicios ligados a la tecnología, la energía y la comunicación en el hogar. Se apoya en soluciones técnicas sobradamente probadas y desarrolla servicios de alto valor para sus usuarios, eliminando la generación de conflictos internos y asegurando un precio justo para el confort deseado velando por concienciar y formar a sus usuarios en comportamientos más sostenibles con su entorno.
Por qué surge
La idea inicial surgió al buscar una fórmula que permitiese solucionar los principales problemas económicos que estaban apareciendo en las nuevas comunidades de propietarios constituidas tras la entrada en vigor del nuevo código técnico y la consiguiente vuelta al diseño de instalaciones con sistemas centralizados. Hasta esa fecha, solo existían instalaciones centralizadas en edificios construidos entre los años 50 y 90, cuyos ocupantes tenían asumido y reflejado incluso en sus estatutos que los gastos energéticos se repartían a partes iguales o por porcentajes en función de su participación.
Los nuevos ocupantes de viviendas residenciales, venían de utilizar sistemas individuales o de no tener ningún sistema con lo que su primer contacto con un edificio, sus instalaciones y sus gastos comunitarios y la forma de relacionarse entre vecinos fue conflictiva y sigue siendo foco de insolidaridad, despreocupación o incluso pasotismo. En poco tiempo se volvió a tener que cubrir la necesidad de repartir elevados gastos comunitarios, independientes al uso de cada vivienda, a tener la obligación de recaudar el dinero suficiente para cubrir las facturas de las compañías energéticas y a tener que reclamar y exigir a los “despreocupados o pasotas” que abonasen sus recibos a tiempo.
Las cuentas de las comunidades volvieron a mover mucho dinero y con la entrada de la crisis la gestión económica por un lado, la imposibilidad de pago por otra y el interés de algún vecino insolidario, dichas cuentas pasaron de saldos positivos a importantes saldos negativos cuyos balances solo son solventados por familias coherentes con el sistema y con el sentido común suficiente como para entender el funcionamiento de un edificio con sistemas comunitarios.
En resumen, puede decirse que Stechome y su modelo inicial de negocio tiene su origen en la optimización de la gestión económica de los servicios centralizados de energía de calefacción, climatización o agua caliente sanitaria independientemente del tipo de energía utilizada, de los sistemas implantados o del funcionamiento del propio edificio.
Cúando se desarrolla
A todos los problemas anteriores, hay que sumarles el impulso que ha recibido, recibe y va a recibir la creación de modelos de edificios residenciales destinados al alquiler ya sean de promoción pública o promoción privada y lo que supone respecto a la gestión y con ello a los gastos comunes y hay que sumar un concepto “obligado” por las grandes compañías: “pagar la energía después de consumir”, con lo que las acciones de eficiencia sobre consumos ya realizados hace difícil ser eficiente. Y sumado a estos dos conceptos otro muy importante, la imposibilidad legal o las dificultades para cortar o restringir un suministro por falta o retraso de pago.
Cuando la gestión económica tradicional, los nuevos usuarios, los sistemas centralizados, las necesidades sociales, la crisis económica y las normas relacionadas con la eficiencia energética confluyeron en un punto, apareció, se desarrolló y se implantó el modelo Stechome.
Evolución y tecnología social
Stechome es un servicio apoyado en una plataforma tecnológica que permite controlar el consumo energético de las viviendas que componen un edificio de uso residencial, trasladando al usuario a tiempo real el coste de su confort, gestionando el acceso a los suministros mediante métodos prepago y concienciando a los usuarios sobre el uso más eficaz de su instalación y sus recursos económicos. La plataforma se compone a su vez de una red de control de actuadores bajo sistemas konex convencionales y de una red de comunicación IP que integrando las redes de comunicación de los contadores de calefacción, climatización o agua sanitaria de cualquier fabricante permite a través de un terminal táctil instalado en cada vivienda conocer a tiempo real el consumo de diferentes suministros y el precio asignado a los mismos por la comunidad, por las empresas energéticas o por las empresas propietarias de los edificios.
El usuario puede desde el terminal individual conocer su consumo, su coste y recargar su saldo en cualquier momento para seguir disfrutando de su nivel de confort deseado sin afectar al resto de los usuarios.
La implantación del sistema Stechome, lleva consigo un cambio de hábito importante en la gestión y que además suple todas las necesidades del mercado. El acceso a los servicios comunitarios está restringido al saldo disponible. Si hay saldo hay servicio, si no hay saldo el sistema permanece bloqueado sin permitir el acceso a los usuarios insolidarios con el resto de sus vecinos. Han pasado más de 5 años desde el primer desarrollo o prototipo de redes, dispositivos y servicios. Durante este periodo la tecnología ha jugado a nuestro favor, por un lado rebajando los costes de implantación, por otro lado permitiéndonos realizar más servicios con menos equipamiento. Del mismo modo la seguridad y la comunicación a tiempo real, así como el desarrollo de soluciones “smart” y de comunicación inteligente abren un abanico lo suficientemente amplio como para no poder determinar las posibilidades reales de las soluciones integrales Stechome.
Oportunidades de negocio
Si con los desarrollos tecnológicos de hoy y las necesidades a cubrir actuales las oportunidades de negocio son importantes, el futuro de los servicios o implantaciones ligadas a las diferentes redes de control o comunicación los hacen todavía más atractivos.
Actualmente existen y se desarrollan varios negocios en torno al sistema Stechome. Por un lado los derivados de la propia implantación de redes, equipamientos y tecnología ya sean en edificios de nueva construcción o en edificios existentes con los problemas anteriormente citados. Sirva como ejemplo la integración de soluciones con repartidores de costes y su conexión con la plataforma Stechome en edificios con sistemas hidráulicos de paraguas.
Posteriormente, están los servicios ligados a la gestión de los consumos y costes energéticos que añadidos a los procesos de cobro, devolución, activación o corte de usuarios constituyen un importante volumen de actividad. Ligado a este servicio está la propia gestión energética es decir, la compra de suministradores de energía, la realización o control de mantenimientos preventivos o correctivos y la optimización energética de las redes hidráulicas o los sistemas de energías renovables.
Otro negocio importante es la gestión de datos y la comunicación de los mismos ya sea para los propios usuarios o para terceros. Disponer de los consumos y de los costes a tiempo real permite generar perfiles de uso, procesos de gamificación, comparativas y comunicaciones orientadas a concienciar sobre el uso eficiente de los suministros a los usuarios o propietarios. Del mismo modo esa información permite comprobar y trasladar a los usuarios su situación y su perfil frente a consultas sobre consumo o costes.
Y por último, tras crear dentro de los edificios redes comunitarias de control y comunicación nos permite ofrecer cualquier tipo de solución domótica de ámbito individual o colectivo a bajo coste. Hablamos de integrar dentro del mismo sistema desde equipos de detección de humos, hasta motorizaciones de persianas, enchufes programables o control de grupos de presión, puertas de entrada o iluminación de cajas de escaleras, por ejemplo. Y todo esto controlado desde el interior de cada vivienda o desde cualquier terminal con acceso a internet como una tablet o un smartphone. Que la calefacción de una habitación se encienda o apague en función a la temperatura indicada en cualquier momento, que se desconecte o conecte la lavadora a ciertas horas o que se apague la calefacción cuando nos pasamos del coste diario establecido es posible y además, a bajo coste.
Experiencias
Hoy hay casi 1000 viviendas que disponen de sistemas Stechome y son más de 8000 las viviendas que comparten datos, consumos, costes y soporte técnico y comercial sobre optimización energética. Tras estos años, las experiencias siempre han sido positivas, tanto en edificios donde ya contaban con sistemas centralizados y se han realizado procesos de transformación como en edificios de nueva ocupación donde los usuarios han utilizado por primera vez el sistema o solución Stechome.
Los resultados más sorprendentes han sido los relacionados con el comportamiento humano al conocer a tiempo real el coste de los consumos energéticos. La media del ahorro supera el 8% exclusivamente derivado de conocer el coste actual. Otro de los resultados más sorprendentes ha sido conocer como trasladando la gestión económica a cada vivienda cada familia ha adaptado sus necesidades a sus posibilidades económicas o en función de sus posibilidades económicas han adaptado su grado de confort.
Por otro lado, la incorporación de dispositivos táctiles, tecnológicos y complejos ha sido bien recibida incluso por personas de bajo nivel tecnológico o sin acceso a medios tecnológicos. El poder de controlar el dinero de cada uno ha sido más importante que los recelos a la tecnología y “cacharros técnicos” como algún usuario de avanzada edad nos ha comentado en alguna ocasión.
Y por último, las instituciones o promotores de viviendas destinadas al alquiler que han pasado de tener que asumir gastos operativos a tener cuentas en positivo y poder destinar esos recursos a otras necesidades más importantes. Contando además con un sistema que les permite controlar el uso de las ayudas sociales que facilitan y que sean utilizadas de manera coherente.
Conclusiones
Stechome, nació para dar salida a un problema de gestión, se adaptó al desarrollo del mercado, a la evolución de la tecnología y actualmente se encuentra en un proceso de crecimiento en servicios y soluciones apoyadas en experiencias positivas. El mundo del edificio residencial como conjunto de viviendas ofrece un abanico enormemente amplio como para desarrollar aplicaciones, equipamientos, tecnología y por su puesto servicios ligados o complementarios a estos desarrollos.
El conjunto de usuarios integrados en edificios y el conjunto de edificios integrado en barrios, distritos o ciudades ofrece un marco atractivo y lleno de posibilidades ya sea en desarrollos de control, comunicación o gestión. El desarrollo de las “smart cities” pasa por sus usuarios, por los habitantes de las ciudades y por el desarrollo de aplicaciones que faciliten la vida, el desarrollo personal y la integración familiar.
Stechome, está concebido para integrar soluciones energéticas o ligadas a la comunicación en dos direcciones pero teniendo siempre presente la unidad del hogar como punto de referencia. Ese punto, donde fuera de otras alteraciones podemos prestar atención a aquello que realmente nos afecta y nos preocupa, nuestro hogar y nuestra familia.
Referencias
- www.stechome.es