El Instituto de Sistemas Optoelectrónicos y Microtecnología (ISOM) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha desarrollado un método que permite fabricar nanosensores ópticos capaces de adherirse a superficies irregulares y de naturaleza biológica como la piel humana, lo que abre la puerta a su utilización como dispositivos vestibles o llevables (del inglés ‘wearable’) para monitorizar parámetros como la temperatura, la respiración o el ritmo cardiaco.
Se trata de una tecnología de fabricación de bajo coste, puesto que hace uso de materiales como discos compactos de policarbonato, aluminio y cinta adhesiva de uso cotidiano, lo que puede facilitar su implantación en el mercado. Los investigadores del Grupo de Dispositivos Semiconductores del ISOM de la UPM no solo han diseñado un método de fabricación de nanosensores ópticos sobre cintas adhesivas normales (comúnmente llamadas celo), es decir, flexibles, sino que también han demostrado algunas de sus potenciales aplicaciones.
Estos sensores flexibles permiten medir variaciones del índice de refracción del medio circundante, lo cual puede utilizarse para detectar sustancias químicas. Además, exhiben colores iridiscentes que varían con el ángulo de observación y/o iluminación, propiedad que facilita la detección a simple vista de variaciones de posición y/o topografía de la superficie a la que están pegados.
Los nanosensores consisten en matrices bidimensionales de nanoagujeros (de un diámetro de 250 nanometros) perforados en una lámina de aluminio (de 100 nanometros de espesor). Estas estructuras nanométricas confinan y dispersan la luz a voluntad del ingeniero que las diseña, con el fin de producir sensibilidad al medio que las rodea y efectos de iridiscencia.
El método de creación de los nanosenores flexibles consiste, primero, en fabricar los sensores sobre un disco compacto de policarbonato convencional y, a continuación, transferirlos a una cinta adhesiva de la marca Scotch mediante el sencillo procedimiento de pegar y tirar. De este modo, los nanosensores pasan íntegramente de la superficie del disco a la cinta adhesiva (sustrato flexible).
La nueva tecnología desarrollada hace uso de materiales de bajo coste tales como discos compactos de policarbonato, aluminio y cinta adhesiva normal. Es habitual en el campo de la fabricación de este tipo de sensores utilizar metales nobles, por ejemplo, el oro, lo que dificulta la fabricación en masa. El aluminio es 25.000 veces más barato que el oro y presenta propiedades eléctricas y ópticas. Por otro lado, la superficie de los discos proporciona una adhesión al aluminio que es, a la vez, suficientemente fuerte como para fabricar primero los sensores sobre los CD y suficientemente débil como para permitir su posterior transferencia a la cinta adhesiva.